lunes, 30 de marzo de 2009

EL PARQUE PROHIBIDO


En la ciudad de Fléroe existe un parque llamado "El Parque de las Lilas". Fridolín no entiende que ese parque esté cerrado, y menos entiende aún las extrañas explicaciones que le dan sus padres acerca de por qué no se puede entrar allí. El ejército lo protege, los turistas lo visitan desde fuera... Nadie le da a Fridolín una explicación clara acerca de qué pasa en ese parque cerrado con gruesas cadenas.
Por otra parte, algo raro pasa en casa: su padre está enfermo, su madre está triste...algo no marcha bien. Y Fridolín no es ajeno a ello. Y luego está la niña esa tan rara que acaba de llegar a clase, Rani, que siempre está criticando las cosas que se comen en Aquitania, lo mal que se portan los niños...Fridolín tiene muchos asuntos en la cabeza, además del misterio del parque.
El Parque prohibido es una novela de Andrés Ibáñez. A mis alumnos de 1º suele gustarles mucho por varias razones: enseguida suscita el deseo de saber qué pasa y rápidamente se identifican con el protagonista. El resto de los personajes-niños, con no ser más que secundarios, tienen también unas características que los individualizan rápidamemnte: Roto, Amapola, Rani, Abbás...enseguida se unen a Frido y le ayudan en ese viaje dentro del parque. Como se trata de una búsqueda, el camino hasta la meta está lleno de interrogantes que debemos resolver junto con Fridolín. Es, además, un texto muy digno: por su buena escritura, por cómo plantea temas delicados como el alcoholismo y por cómo los trata: sin moralinas, sin pensar que los niños son tontos, sin discursos...Con una mezcla de realismo y fantasía (marcada por la propia estructura de la novela "dentro/fuera" y mucho sentido del humor, Andrés Ibáñez crea una historia que nos ha hecho pasar muy buenos ratos en "el piso de arriba".

jueves, 26 de marzo de 2009

LA NOCHE DE LOS TEATROS

Por tercer año consecutivo se celebra en Madrid mañana viernes 27 La Noche de los Teatros, una iniciativa en la línea de La Noche en Blanco, o La Noche de los Museos. Son iniciativas de diferentes administraciones que vienen poniéndose en práctica en diversas ciudades europeas y que tratan de llevar la cultura a la calle o más bien, de llamar la atención sobre algunas de sus manifestaciones. Tienen una gran acogida popular, pues lo cierto es que las calles se llenan de gente, si bien es tanta la oferta y tanta la gente que hay que partir de la base de que selección, paciencia y descarte son ingredientes esenciales. En este caso, dado que mañana se celebra el Día Mundial del Teatro (el 21 se celebró el Día Mundial de la Poesía, por cierto), se han organizado diversas actividades entre las que destacan, en mi opinión, las que se hacen en la calle. Los teatros ofrecen un 20% de descuento, algo que para un viernes está bastante bien, si bien resulta mucho más interesante el descuento que cada semana se ofrece en el Día del Espectador, que en los teatros públicos llega al 50% (hay otros tipos de descuentos muy interesantes: para estudiantes, para grupos, para familias numerosas, en días de preestreno.... ) El programa de actividades se encuentra aquí: es una buena excusa para pasear por una noche de primavera que, de momento, en Madrid, nos está regalando días estupendos (tanto, que se hace duro no quedarse en la calle, al solecito, para siempre jamás). Por otra parte, en Madrid ya se se celebraba el día del teatro justo un día como hoy, desde hace muchos más años, con La Noche de Max Estrella: bohemios de toda clase se dan cita para hacer el mismo recorrido que hizo Max Estrella y Don Latino en aquella que fue la última noche del "primer poeta de España". Se trata de una actividad organizada por el Círculo de Bellas Artes que recuerda al genial Valle-Inclán y su obra cumbre, Luces de bohemia. Este año se dedica al poeta Alejandro Sawa, el autor en el que se inspiró Valle para recrear el personaje de Max, y del que se celebra el primer centenario de su muerte.
Con Valle me pasa como con Larra: a pesar de la cantidad de referencias tan concretas que hay a su época (en la misma Luces, en otros esperpentos como la trilogía de Martes de Carnaval): la situación política, las circunstancias sociales, la literatura... me asombra la modernidad, la vigencia y la universalidad de su obra. Aún recuerdo cómo me impactó el
montaje del CDN con José Mª Rodero en el papel de Max Estrella. Yo sí que me quito el cráneo.




(Escena de la película Luces de bohemia, dirigida por Miguel Ángel Díez en 1985: la famosa escena del esperpento)

martes, 24 de marzo de 2009

EN EL BICENTENARIO DE LARRA

A Larra me gusta imaginármelo en el colegio, con 8 ó 9 años, recién llegado del país "enemigo". Supongo -no sé, lo imagino- que el que te cambien de cole a esa edad, que éste estuviera a unos 1000 km del nuevo, y que encima vengas con acento francés y modales gabachos, debía de ser un poco duro. Si además tu padre era un "afrancesado", padecías de precocidad intelectual y llorabas si te dejaban sin leer por las noches, la fama de rarito no te la quitaba nadie. Eso de la precocidad es también algo que me maravilla de este autor. Con trece años traduce La Ilíada del francés, escribe una Gramática castellana y una Geografía de España en verso. Con 16 años se enamora de una mujer algo mayor que resulta ser la amante de su padre; con 18 publica "El café" y funda un periódico o folleto. Tan precoz fue, que cuando se pega el pistoletazo a los 27 años -era 13 de febrero de 1837- ya había pasado por un matrimonio, por una separación, tenía dos (¿tres?) hijos y había dejado tras de sí una obra que, a día de hoy, sigue siendo tremendamente actual, y con la que se ha ganado el título de padre del periodismo moderno en España. Tan actual, que una no puede dejar de esbozar una sonrisilla al mirar alrededor y releer " ¿Entre qué gentes estamos?", "Vuelva usted mañana", "La vida de Madrid", "El mundo todo es máscaras", "¿Quién es el público y dónde se encuentra?" y de sentir cierto nudo en la garganta con "Un reo de muerte", "Los barateros", "La sociedad","El día de Difuntos de 1836" o "La Nochebuena de 1836". Todo esto lo sé sin haber leído aún la última biografía sobre el escritor, escrita por uno de sus descendientes, Jesús Miranda de Larra, hijo de una tataranieta: Larra, biografía de un hombre desesperado, sino la edición de los Artículos, de Enrique Rubio, en Cátedra.
Por cierto, que Rubio, al igual que otros editores, citan la biografía de
Carmen de Burgos como una de las más autorizadas. Es curioso que con motivo de la publicación de Jesús Miranda se hayan alzado voces para reivindicar el carácter patriótico de Larra y, en consecuencia, negar absolutamente su afrancesamiento y la influencia de Dolores Armijo -el amor, o el desamor, según se mire- en su suicidio. Lo cierto es que Larra, afrancesado en el sentido de los que apoyaban a José Bonaparte, no podía serlo por la sencilla razón de que nació en plena Guerra de la Independencia y dudo mucho que tuviera conocimiento, a pesar de su precocidad, para decidir si apoyaba al francés o le hacía la guerra. En la excelente obra de Miguel Artola Los afrancesados, se explican los diferentes sentidos que el término afrancesado tiene. No parece que afrancesado y antipatriótico fueran términos excluyentes en aquel contexto. En cualquier caso, a Larra lo que le sobran son etiquetas e intérpretes. Lucidez, ironía, sentido crítico afilado como un bisturí y un excelente sentido del humor son atractivos suficientes para leerle. Felicidades, Mariano.




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Larra sigue vivo

domingo, 15 de marzo de 2009

EL MISTERIO DE LA MUJER AUTÓMATA



El primer libro que cayó en mis manos -entonces, profesora novata- que debía leer con mis alumnos fue El misterio de la isla de Töckland, de Joan Manuel Gisbert. Ellos me llevaban ventajan, pues lo conocían, y yo no; era el libro que habían empezado a leer con su profesora, a la que yo sustituía. Así que aquella primera clase de lectura -sola ante el peligro- consistió en que aquellos esforzados chavales de Villaviciosa me contaban de qué trataba el libro -había que resolver un enigma que un millonario había planteado en una isla abandonada-, me explicaban cómo hacían en clase con Carolina: lectura en voz alta, por orden de lista o salteados y, lo mejor de todo, se esforzaban desesperadamente en demostrarme que el libro me iba a gustar mucho ("Ya verás, profe, te va a encantar"). Lo cierto es que el libro me gustó, como ahora también me ha gustado otro del mismo autor que se llama El misterio de la mujer autómata (Premio Barco de vapor 1991). A Gisbert, autor reconocido con premios como el Nacional de Literatura Infantil y Juvenil en 1984 por El museo de los sueños, el "Lazarillo" por El misterio de la isla de Töckland en 1981, premio "Barco de Vapor" por esta precisamente, en 1991 y por El mensaje de los pájaros en 2003, le gustan los misterios. No en vano, él señala entre sus autores favoritos a Conan Doyle, Poe, Stevenson, Verne, Lovecraft, Borges, García Márquez, Cortázar...(vamos, que tiene mal gusto ;)...
En este caso, el misterio se sitúa en el París de 1821. El protagonista es Hans Helvetius, famoso automatista, el cual se encuentra ante el dilema de aceptar o no el encargo de un caprichoso y anónimo millonario: fabricar un autómata a partir de una figura de cera que representa a una hermosa mujer. Helvetius debe trabajar sin hacer preguntas y ha de renunciar a conocer el paradero y el destino de su creación...Gisbert sabe crear esa atmósfera de misterio que hace que el lector se plantee el reto de seguir leyendo para saber más: qué hará Helvetius, quiénes son los que han hecho el encargo, quién es la enigmática mujer y quién el narrador que anuncia al principio que revelará su identidad una vez se hayan aclarado los hechos. También mezcla ingredientes muy sugerentes: el París decimonónico, la exhibición de autómatas en ferias y circos, la hipnosis (ahora que tenemos tan reciente en 1º de ESO "El caso del sr. Valdemar", de Allan Poe), la fe en la ciencia y, cómo no, el amor. No sé si le habrá inspirado o no a Gisbert, pero no pude evitar recordar mientras la leía una película alemana de los años 20, una joya del cine mudo, El gabinete del Doctor Caligari, que me fascinó y me puso los pelos de punta a partes iguales. Será sugestión.

domingo, 8 de marzo de 2009

LA MAR DE MUJERES Y ...ALFONSINA


Un día como hoy que en todo el mundo se homenajea a la mujer trabajadora, (¡Felicidades, compañeras!) desde aquí quiero hacerlo con una de las voces más destacadas de la poesía argentina del s. XX: Alfonsina Storni: poeta, mujer, trabajadora y ser humano que valoró la libertad -su libertad- como la máxima aspiración.
Alfonsina (1892-1938) era hija de inmigrantes suizos que viajaron -como tantos- a la Argentina en busca de mejores oportunidades. Así que desde muy joven entendió que la vida era dura y que ganar el pan costaba mucho esfuerzo. Tuvo que dejar los estudios para ayudar a su madre, que era modista, y antes de eso, a los diez años, ya servía mesas en el "Café Suizo". Trabajó como actriz en una compañía teatral, hecho que la puso en contacto con el teatro europeo de vanguardia de principios del XX: Ibsen; Galdós...Sus ganas de aprender nunca la abandonaron y consiguió el título de maestra. Como tal trabajó en escuelas rurales y a la vez colaboró con diversas revistas literarias, en las que publicó algunos de sus poemas. A Buenos Aires llegó sola; fue madre en 1912 y hubo de hacer malabares para mantener a su hijo y seguir con su vocación literaria. Publicó varias obras entre 1916 y 1938, que van desde el modernismo de tono femenino de sus comienzos hasta el vanguardismo de sus últimas obras. Obtuvo muchos reconocimientos y premios en vida, y la muchacha de provincias soltera, madre y trabajadora consigue integrarse en los círculos literarios más importantes de Buenos Aires -dominios de varón- y ver reconocida su labor como escritora: en una encuesta realizada en 1923 por la revista "Nosotros", y después de haber recibido algunos premios, su nombre aparece como uno de los poetas mayores de 30 años más respetados en Argentina.
Alfonsina tuvo el tesón de no abandonar su vocación poética,todo ello en condiciones de extrema dureza, pues ella sola mantenía a su hijo y debía trabajar mucho, pues casi siempre vivió en medio de una gran estrechez económica. De hecho, tuvo varias crisis nerviosas por agotamiento que la obligaban a mantener reposo que no siempre respetaba por la necesidad de trabajar.


Participó activamente en la creación de la Sociedad Argentina de Escritores; en sus dos viajes a España contactó con otras mujeres escritoras como Concha Méndez , y en las tertulias de Buenos Aires conoció a Federico García Lorca y a Ramón Gómez de la Serna.
En 1938 fue invitada por el Ministerio de la Instrucción Pública de Uruguay a un acto junto con las otras dos grandes poetas americanas del momento:
Gabriela Mistral y Juana de Ibarbouru. Unos meses más tarde, Alfonsina viaja a Mar del Plata para descansar. El cáncer de mama ha rebrotado con fiereza y sufre fuertes dolores. Tiene, además, la terrible huella de la mutilación dejada por la enfermedad y la perspectiva de unos pocos meses de vida. Alfonsina decide ponerle fin y se arroja al mar. Su muerte -y su vida y obra- fue la inspiración de una bellísima canción, "Alfonsina y el mar", de Ariel Ramírez y Félix Luna, que en boca de Mercedes Sosa es una delicia. La soledad, el deseo de ser libre, pero también de ser amada y reconocida, sus problemas económicos, las dificultades de ser madre soltera, el deseo de ser independiente, de afianzar su vocación por encima de todas las adversidades son las claves de su vida y de su poesía. He seleccionado una breve muestra de su poesía, pero podéis acceder a más pinchando aquí.

LA LOBA



Yo soy como la loba
Quebré con el rebaño
Y me fui a la montaña
Fatigada del llano.

Yo tengo un hijo fruto del amor, de amor sin ley,
Que no pude ser como las otras, casta de buey
Con yugo al cuello; ¡libre se eleve mi cabeza!
Yo quiero con mis manos apartar la maleza.

Mirad cómo se ríen y cómo me señalan
Porque lo digo así: (Las ovejitas balan
Porque ven que una loba ha entrado en el corral
Y saben que las lobas vienen del matorral).

¡Pobrecitas y mansas ovejas del rebaño!
No temáis a la loba, ella no os hará daño.
Pero tampoco riáis, que sus dientes son finos
¡Y en el bosque aprendieron sus manejos felinos!

No os robará la loba al pastor, no os inquietéis;
Yo sé que alguien lo dijo y vosotras lo creéis
Pero sin fundamento, que no sabe robar
Esa loba; ¡sus dientes son armas de matar!

Ha entrado en el corral porque sí, porque gusta
De ver cómo al llegar el rebaño se asusta,
Y cómo disimula con risas su temor
Bosquejando en el gesto un extraño escozor...

Id si acaso podéis frente a frente a la loba
Y robadle el cachorro; no vayáis en la boba
Conjunción de un rebaño ni llevéis un pastor...
¡Id solas! ¡Fuerza a fuerza oponed el valor!

Ovejitas, mostradme los dientes. ¡Qué pequeños!
No podréis, pobrecitas, caminar sin los dueños
Por la montaña abrupta, que si el tigre os acecha
No sabréis defenderos, moriréis en la brecha.

Yo soy como la loba. Ando sola y me río
Del rebaño. El sustento me lo gano y es mío
Donde quiera que sea, que yo tengo una mano
Que sabe trabajar y un cerebro que es sano.

La que pueda seguirme que se venga conmigo.
Pero yo estoy de pie, de frente al enemigo,
La vida, y no temo su arrebato fatal
Porque tengo en la mano siempre pronto un puñal.

El hijo y después yo y después... ¡lo que sea!
Aquello que me llame más pronto a la pelea.
A veces la ilusión de un capullo de amor
Que yo sé malograr antes que se haga flor.

Yo soy como la loba,
Quebré con el rebaño
Y me fui a la montaña
Fatigada del llano.



(La inquietud del rosal, 1916)



LA CARICIA PERDIDA


Se me va de los dedos la caricia sin causa,
Se me va de los dedos... En el viento, al pasar,
La caricia que vaga sin destino ni objeto,
La caricia perdida, ¿quién la recogerá?

Pude amar esta noche con piedad infinita,
Pude amar al primero que acertara a llegar.
Nadie llega. Están solos los floridos senderos.
La caricia perdida, rodará... rodará...

Si en los ojos te besan esta noche, viajero,
Si estremece las ramas un dulce suspirar,
Si te oprime los dedos una mano pequeña
Que te toma y te deja, que te logra y se va.

Si no ves esa mano, ni la boca que besa,
Si es el aire quien teje la ilusión de besar,
Oh, viajero, que tienes como el cielo los ojos,
En el viento fundida, ¿me reconocerás?


(Languidez, 1920)





CUADRADOS Y ÁNGULOS

Casas enfiladas, casas enfiladas,
casas enfiladas.
Cuadrados, cuadrados, cuadrados.
Casas enfiladas.
Las gentes ya tienen el alma cuadrada,
ideas en fila
y ángulo en la espalda.
yo misma he vertido ayer una lágrima,
Dios mío, cuadrada.

(El dulce daño, 1918)


JARDÍN ZOOLÓGICO DE NUBES

Quiero cantar al que se mueve arriba:
salud, osito tierno, tu señora
se besa con el otro algodonada
y cuando el diente clava, se deshace.

Y la serpiente que me perseguía
en los sueños, está; y hay una garza
rosada que se viene desde el río
y la ballena destripada llora.

Y está el gato listado que una mano
mató porque era grande y poco plucro
y en el tejado escándalos alzaba.

Y mi perro lanudo que se sienta
en las traseras patas y se expande
en un castillo que trastorna el viento.

(Mascarilla y trébol, 1938)



VOY A DORMIR


Dientes de flores, cofia de rocío,

manos de hierbas, tú, nodriza fina,

tenme prestas las sábanas terrosas

y el edredón de musgos encardados.


Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.

Ponme una lámpara a la cabecera,

una constelación, la que te guste:

todas son buenas; bájala un poquito.


Déjame sola: oyes romper los brotes...

te acuna un pie celeste desde arriba

y una pájaro te traza unos compases


para que te olvides...Gracias. Ah, un encargo:

si él llama nuevamente por teléfono

le dices que no insista, que he salido...


(1938)

jueves, 5 de marzo de 2009

LARRA SIGUE VIVO


El próximo día 24 se cumple el bicentenario del nacimiento de uno de los autores más destacados de nuestra Literatura en general y del Romanticismo en particular: Mariano José de Larra, periodista, crítico literario, novelista, autor teatral.... Algunos de vosotros habéis leído algunos de sus Artículos y sabéis que a "Fígaro" se le considera el "padre" del periodismo español: "El castellano viejo", "Vuelva usted mañana", "En este país","El día de Difuntos de 1836", "un reo de muerte" son algunos de mis favoritos. Radio Nacional de España le ha homenajeado con este programa de la serie "Documentos": "Larra en el carnaval del mundo", de José Manuel Delgado, donde se tratan algunos aspectos de su vida, su obra, su muerte y la huella que dejó en generaciones posteriores. No te lo pierdas: puedes minimizar la pantalla y escuchar el programa y, mientra tanto, seguir con tus quehaceres (advertencia: no es incompatible con el messenger).Larra, uno de los autores más lúcidos y más interesantes de nuestra literatura, merece que le dediquemos unas cuantas entradas. No llegó a cumplir 28 años, pero está hoy más vivo que nunca.


domingo, 1 de marzo de 2009

UN TROZO DE NICARAGUA EN MADRID



Cuando yo era pequeña, a veces pasaba algún tiempo en vacaciones en casa de una tía que vivía en una portería en el centro de Madrid. Era un lugar fascinante para una niña: había gatos, un gran patio interior, escaleras de madera que conducían a los dormitorios y hasta sótanos que me hacían temblar de miedo, por lo lóbregos y sugerentes: ahí debían de habitar todos los fantasmas del mundo. Una de las cosas que más me gustaban eran los pósters que forraban la habitación de mi prima.
Había imágenes de cantantes, de portadas de disco, de reivindicaciones políticas (eran los 70 y primeros 80) pero también de versos: Machado, Víctor Jara , Serrat, Neruda y...Ernesto Cardenal. Es en esas paredes donde yo leía incansablemente sus poemas, sin saber entonces que eran suyos.

Ernesto Cardenal, poeta nicaragüense, ha estado esta semana en Madrid para recibir un homenaje en la Casa de América. Cardenal tiene 84 años, es sacerdote católico y uno de los máximos exponentes de la Teología de la Liberación. Este domingo es entrevistado por el diario "El PAÍS" y me ha sobrecogido la tristeza de un hombre con tanta vida a cuestas. Como le pasó a Naguib Mahfuz los últimos años de su vida (prácticamente encerrado en su casa de El Cairo, guardándose de los ataques furibundos de los extremistas), Cardenal vive en una Nicaragua que le es extraña y dura, muy dura. Dejo algunos de esos versos, testimonio de vida (la suya, la mía, la de muchos).


(Fotografía de Julia Ardón)

EPIGRAMAS

Te doy, Claudia, estos versos, porque tú eres su dueña.

los he escrito sencillos para que tú los entiendas.

Son para ti solamente, pero si a ti no te interesan,

un día se divulgarán tal vez por toda Hispanoamérica.

Y si al amor que los dictó, tú también lo desprecias,

otras soñarán con este amor que no fue para ellas.

Y tal vez verás, Claudia, que estos poemas,

escritos para conquistarte a ti despiertan

en otras parejas enamoradas que los lean

los besos que en ti no despertó el poeta.



De estos cines, Claudia, de estas fiestas,

de estas carreras de caballos,

no quedará nada para la posteridad

sino los versos de Ernesto Cardenal para Claudia

(si acaso)

y el nombre de Claudia que yo puse en esos versos

y los de mis rivales, si es que yo decido rescatarlos

del olvido, y los incluyo también en mis versos

para ridiculizarlos.



Al perderte yo a ti

tú y yo hemos perdido:

yo porque tú eras lo que yo más amaba

y tú porque yo era el que te amaba más.

Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo:

porque yo podré amar a otras como te amaba a ti

pero a ti no te amarán como te amaba yo.

Esta será mi venganza:

Que un día llegue a tus manos el libro de un poeta famoso

y leas estas líneas que el autor escribió para ti

y tú no lo sepas.

Me contaron que estabas enamorada de otro

y entonces me fui a mi cuarto

y escribí ese artículo contra el Gobierno

por el que estoy preso.

Yo he repartido papeletas clandestinas,

gritando: ¡VIVA LA LIBERTAD!

en plena calle

desafiando a los guardias armados.

Yo participé en la rebelión de abril:

pero palidezco cuando paso por tu casa

y tu sola mirada me hace temblar.